El día sábado 28 de junio se realizaron en Valparaíso una serie de actividades de solidaridad con el pueblo Palestino y contra del genocidio que lleva adelante el enclave israelí.
La convocatoria estuvo a cargo de la coordinadora por Palestina, y comenzó con un mitin en el muelle Prats, donde concurrimos junto a organizaciones que solidarizan con la causa Palestina, organizaciones de izquierda, y trabajadores portuarios, para continuar con una funa a la embarcación de la empresa naviera MSC que traslada contenedores con insumos para la maquinaria de guerra de Israel, posteriormente las actividades concluyeron con un acto político cultural.
Acá como a nivel mundial se han dado manifestaciones de solidaridad con el pueblo palestino y su resistencia contra la agresión genocida de Israel y el imperialismo que busca el exterminio total o la expulsión de los palestinos en Gaza. Las tendencia guerreristas del imperialismo, donde el imperialismo norteamericano pretende fortalecer su debilitada hegemonía mundial, busca disciplinar a las burguesías de los países semicoloniales, así como a la protoburguesía y burocracia de los exestados obreros en proceso de asimilación.
Es importante frenar la maquinaria bélica del enclave y del imperialismo con los métodos de la clase obrera, con la paralización de los puertos, impidiendo la carga y descarga, en definitiva el zarpe los buques con insumos para el enclave israelí. Buenos ejemplos han dado los trabajadores portuarios de Iquique agrupados en Federación de Sindicatos Marítimos Portuarios (Fetrapi) con sus llamados a la solidaridad con métodos obreros, planteando el boicot, bloqueos de puertos y la paralización como lo han hecho los obreros portuarios en distintas partes del mundo como Estados Unidos, Francia, Italia, etc.
Se hace necesario impulsar y redoblar la campaña con acciones más contundentes en contra del genocidio en Palestina mediante métodos de la clase obrera, la única clase que puede darle una salida progresiva para las masas trabajadores del mundo, ante la situación mundial de un capitalismo en descomposición.
Por la solidaridad del proletariado mundial con las masas palestinas y del medio oriente
Viva la resistencia Palestina
Por la destrucción del enclave de Israel
Por una Federación de Repúblicas Socialistas del Medio Oriente y el Magreb
Por la revolución socialista mundial
A comienzos del mes de junio los estudiantes universitarios cubanos iniciaron un plan de lucha en protesta contra el incremento de las tarifas de acceso móvil a Internet en la isla. En su declaración, plantearon que estas medidas perjudican la justicia social y aumentan las brechas sociales al limitar el derecho a la comunicación, recurso esencial para estudiantes y profesores. Es importante que los sectores estudiantiles que están luchando en todo el continente contra los ajustes de sus gobiernos levanten la solidaridad con ellos.
Esta lucha expresa el enorme descontento que se vive en Cuba ante una tendencia decadente del régimen, que el gobierno de Díaz Canel no puede revertir. Desde el 11 de julio de 2021, fecha considerada como un punto de quiebre entre un sector de masas de la sociedad cubana y el régimen de gobierno, el malestar social y la miseria no han parado de crecer. La raíz de estos movimientos se encuentran en la declinación de las condiciones de vida de las grandes mayorías de trabajadores cubanos. La única respuesta de Díaz Canel es una línea dura de represión contra las protestas. La dirección contrarrevolucionaria al frente del gobierno no puede encontrar una línea “amigable” para la asimilación de la economía cubana al decadente sistema imperialista. A la debacle imperialista se le sumó el desorden generado por la pandemia a nivel mundial y la falta de claridad del imperialismo en su línea hacia Cuba. Y puertas adentro, se acentúan las tendencias al caos capitalista ante la debilidad de la burocracia del Estado para dirigir, lo que es acentuado por la propia debilidad de la estructura económica de la isla. La descomposición imperialista dificulta la asimilación, lo que agrava la descomposición y las tendencias al enfrentamiento entre las fuerzas sociales.
En 2025, se están profundizando las tendencias hacia una guerra generalizada o hacia una nueva guerra mundial, que no será con las características de las dos guerras mundiales anteriores, ya que se daría en una fase de descomposición del imperialismo, y la rapiña sería por definir cómo se integran los ex Estados obreros en proceso de asimilación. En este escenario, Cuba se encuentra vulnerable a ser arrastrada a la conflagración, generando más penurias para la clase obrera cubana.
Es urgente la intervención del proletariado de toda América
Es importante desarrollar la solidaridad internacional con los trabajadores cubanos, contra la represión, por la libertad de los presos políticos y contra el bloqueo yanki, pero los revolucionarios debemos ser categóricos en el planteo de que las fuerzas que se enfrentan en Cuba superan los límites nacionales y se dirimen en la arena mundial. No se trata de desarrollar un programa democrático para llevar las demandas de las masas hacia una solución desde el Estado (nacional) con reformas más o menos “radicales”, se trata de regenerar las bases de la revolución cubana con la extensión de la revolución en la región y la instauración de la dictadura proletaria bajo una dirección revolucionaria.
En un escenario que se acerca cada vez más a la guerra, la clase obrera debe ser consciente de que el enfrentamiento es entre revolución y contrarrevolución. Para colaborar en la tarea de poner en pie una dirección revolucionaria capaz de enfrentar a las direcciones imperialistas y de la burocracia del PC en Cuba, es necesaria la intervención del proletariado de Estados Unidos, América Latina y el Caribe. La lucha por la dictadura del proletariado no puede concretarse en las estrechas fronteras de ningún país americano, sino que adquiere su forma política en la Federación de Repúblicas Socialistas de América.
Para llevar adelante esta tarea, los revolucionarios debemos pelear en el seno de los sindicatos para que la clase obrera salga a la acción con objetivos claros: ¡Abajo el bloqueo imperialista! El desarrollo de la lucha de la clase obrera en Estados Unidos, tanto la clase obrera nativa como la de origen migrante, está indisolublemente ligado a la la pelea contra la orientación guerrerista el imperialismo para tratar de saldar su decadencia histórica, de la que el bloqueo a Cuba y las amenazas militares forman parte. Hay que profundizar el programa internacionalista de nuestra clase en el desarrollo de la organización y las acciones de enfrentamiento a la política de Trump de criminalización, persecución y expulsión de trabajadores migrantes, y el derrotismo de la acción imperialista hacia Cuba. Sobre todo en EEUU debemos imponer la apertura de los intercambios con la isla, con nuestros métodos, la ocupación bajo control obrero de puertos, depósitos y fábricas, la toma del control de las flotas mercantes y la expropiación de las mercancías para enviar a Cuba los hidrocarburos, los alimentos, los medicamentos y vacunas que necesitan los trabajadores y el pueblo pobre. ¡No a la intervención militar imperialista! Ante el menor signo de amenaza de llevar adelante una intervención militar, impongamos la huelga en EEUU y el paro y ocupación de todas las empresas de capitales yanquis en la región. ¡Abajo la represión de la burocracia del PCC, libertad a los presos! Debemos imponer que los sindicatos latinoamericanos y de EEUU se pronuncien por la libertad de los luchadores.
Por eso, desde la TRCI proponemos organizar una Conferencia Internacional de las corrientes que nos reivindicamos por la dictadura del proletariado, para debatir la política, las tácticas y el programa para intervenir en la situación con el objetivo de poner en pie una dirección revolucionaria a nivel mundial, es decir, la reconstrucción de la IV Internacional.
Los días 20 y 21 de junio se realizó en la ciudad de Buenos Aire el III Congreso de la TRCI, con delegaciones de la LOI Brasil, COR Chile y COR Argentina.
Tendencias de la situación mundial
En este punto ampliamos algunos elementos de las tesis que se presentaron para el Congreso, avanzando en una caracterización de las tendencias hacia la guerra. La agresión desatada por Israel contra Irán, con la intervención de EE. UU., muestra que estamos presenciando tenencias a una guerra generalizada o hacia una nueva guerra mundial. En la campaña electoral Trump había prometido que iba a frenar las guerras en curso, sin embargo, ha acelerado los procesos. Pero esta nueva guerra no será con las características de las dos guerras mundiales anteriores, que fueron para dirimir qué potencia imperialista sería la que dirigiera el mundo. En este caso sería una guerra mundial en una fase de descomposición del imperialismo, cuya máxima expresión se da en EE. UU., y de rapiña por definir cómo se integran los ex Estados obreros en proceso de asimilación. Sería una guerra igualmente reaccionaria, pero no con las características de guerras inter imperialistas de las guerras anteriores, ya que no definimos a los ex Estados obreros como China y Rusia como imperialistas.
Reafirmamos la definición de ruptura del equilibrio inestable, ya que las instituciones creadas en la posguerra no están cumpliendo ningún rol en las guerras abiertas y los procesos de crisis económicas que se están acelerando.
Definimos que estamos en un proceso de recesión de la economía mundial, agravada por la política arancelaria de Trump y que el conflicto entre Irán e Israel podría traer un encarecimiento del precio del petróleo y derivaría en posibles procesos de aumento de la inflación. Esta situación internacional va a abrir situaciones de lucha de clases más agudas, ya que los diferentes gobiernos deberán prepararse para un escenario de guerra y deberán ajustar su economía, lo que provocará enfrentamientos de clase y debemos intervenir en las filas del proletariado con un programa transicional que plantee una salida revolucionaria a la masacre a la que pretenden llevarnos el imperialismo y sus aliados.
Debates sobre China
También discutimos cómo abordar el debate que está atravesando a gran parte del centrismo en el cuanto al análisis de China. Discutimos intentar recuperar el enfoque metodológico que planteaba Trotsky para analizar las economías en transición después de una revolución: la interacción entre la ley del valor y la ley de acumulación socialista, entre sus conflictos y su armonía. En esta interacción se encuentran los aspectos internacional y nacional en los que operan estas leyes, la relación entre la competencia mundial y los sistemas económicos, por un lado, y, en el plano nacional, la conexión entre economía y régimen. Creemos importante retomar este enfoque, ya que nos permite comprender la dinámica de la ley del valor y sus contratendencias en lugar de analizar los fenómenos revolucionarios sólo desde el aspecto de la ley de acumulación o el desarrollo desigual y combinado, sin apreciar los cambios que produjo en las leyes del capital la intervención consciente de una dirección revolucionaria. La perspectiva del centrismo no tiene en cuenta estas interacciones y toma las leyes del capital de forma abstracta. Varias corrientes que se reclaman trotskistas plantean que ya está restaurado definitivamente el capitalismo en China y algunas incluso plantean que es imperialista. Hasta hay corrientes que dicen que China es un capitalismo suigéneris en vías de ser imperialista. Insistimos en que el proceso de asimilación tanto de China como de Rusia aún no está cerrado y esto dependerá de los procesos de la lucha de clases a nivel nacional e internacional y de la dinámica que tome el enfrentamiento entre revolución y contrarrevolución que se nos plantea ante este escenario.
Brasil
El gobierno de Lula está perdiendo apoyo popular y no tiene recambio electoral, por lo que dificulta aún más su gobernabilidad. Por parte de la oposición burguesa, el bolsonarismo estaría en retirada y están viendo quién ocupa su lugar entre alguna figura del centrão o si puede ser el gobernador de São Paulo, Tarcisio Gomes da Freitas. En estos meses se desarrollaron luchas educativas a nivel nacional, que la burocracia traicionó. Nuestra corriente tuvo participación en esta importante lucha contra la burocracia y logramos ganarnos un lugar destacado en la vanguardia.
Ante el escenario mundial debemos buscar una mayor intervención en el movimiento obrero con una línea internacional e impulsar las tareas para parar el genocidio en Gaza. El gobierno de Lula exporta el 40% del petróleo a Israel, por lo tanto, el proletariado tiene una tarea de peso en la lucha contra esa masacre.
Chile
El gobierno de Boric sigue adaptándose a la agenda de la derecha chilena, lo que permite una avanzada más represiva en los conflictos y posiciona a la oposición burguesa con chances de volver al gobierno. A su vez, el Frente Amplio, surgido como respuesta de la burguesía al movimiento de masas del 2019, ha mostrado rápidamente que es un servidor más de los intereses imperialistas y que está dispuesto a atacar a la clase obrera para garantizarlos. Se han dado luchas obreras en los sectores de la pesca, por ejemplo, pero aisladas por las mediaciones reformistas y la burocracia. Es de vital importancia la agitación revolucionaria y redoblar esfuerzos para organizar a la vanguardia obrera que viene desarrollando experiencias atomizadas para que sea el germen de un partido revolucionario que derrote a la burguesía proimperialista, de todos los colores, y a sus agentes en nuestras filas.
Argentina
Milei ha roto con la tradición diplomática del Estado argentino de “neutralidad” ante los enfrentamientos bélicos y se ha alineado fervientemente a EE. UU. y al enclave de Israel, por lo tanto, la lucha por derrotar la política imperialista en la región está indisolublemente ligada a la lucha por la derrota de Milei, apuntando a desarrollar los métodos obreros en el terreno de la producción para afectar sus intereses.
Mientras se desarrollaba el Congreso aún resonaba la noticia de la prisión de Cristina Fernández de Kirchner y el escandaloso posicionamiento de gran parte del centrismo vernáculo en contra de la “proscripción”. Esto ha mostrado un salto en la adaptación de un sector de centrismo trotskista al régimen burgués.
El llamado a la Conferencia Internacional por la Reconstrucción de la IV Internacional
La situación internacional y las perspectivas de un escenario de guerra pone a los revolucionarios ante tareas históricas trascendentales, de ahí la importancia de discutir de cara a las tendencias que reivindican la dictadura del proletariado para avanzar en la reconstrucción de la IV Internacional. Sin embargo, el curso de adaptación de las instituciones de la democracia burguesa y las concepciones oportunistas de muchas corrientes que se reivindican trotskistas a nivel internacional se torna un obstáculo para esta perspectiva. Seguimos insistiendo en la importancia de desarrollar una minoría revolucionaria organizada dentro del movimiento obrero para desarrollar la imprescindible tarea de la lucha programática por la revolución socialista. En este camino no vemos ninguna utilidad en la realización de eventos autoproclamatorios, donde se pretende ocupar el lugar del mandelismo de la última época, que renegó de la dictadura del proletariado, ni rejuntes de grupos sin acuerdos programáticos con nociones vagas como “nueva internacional”. Desde la TRCI reivindicamos que es desde el programa de la IV Internacional, a partir de la sistematización y generalización de la experiencia de la Revolución Rusa que nos dejó Trotsky para seguir desarrollando la lucha por la revolución mundial en la época imperialista.
Resoluciones
El sábado se aprobaron las tesis propuestas y se votaron las resoluciones. Entre ellas:
-Realizar una campaña de agitación y propaganda planteando las tareas que tiene el proletariado para enfrentar al imperialismo y contra la militarización de los Estados, destacando los métodos obreros y alentando la paralización de la producción para afectar los intereses imperialistas. En este sentido, impulsar acciones, charlas, publicando materiales.
-Redoblar la campaña contra el genocidio en Gaza desde una política obrera, planteando que la salida es la lucha revolucionaria por la Federación de Repúblicas Socialistas de Medio Oriente. Impulsar actividades en frente único con quienes compartan esta perspectiva para denunciar los planes del enclave.
-Publicar las tesis en forma de folleto y presentarlas en las regionales de los grupos.
-Publicar un nuevo número de la revista internacional.
El sábado 21 de junio, EE. UU. se involucró de forma directa en la guerra que Israel le había declarado el 13/6 a Irán atacando objetivos militares, sitios de logística de transporte nucleares y de petróleo, además del asesinato de varios lideres militares y políticos. Con la operación llamada “martillo de medianoche”, EE. UU. bombardeó instalaciones nucleares de Fordow, Natanz e Isfahan. Dos días más tarde, al cierre de esta nota, la administración Trump anunció un supuesto alto al fuego, que por el momento no ha sido confirmado ni por Israel ni por Irán.
El parlamento iraní recomendó cerrar el estrecho de Ormuz, decisión que toma en última instancia el líder supremo del régimen, el Ayatollah Alí Khamenei. Por ese estrecho pasa el 20% del consumo diario mundial de petróleo, lugar clave para el comercio internacional, sobre todo para Europa, Estados Unidos y también para China. Por lo que, si el conflicto se extiende en el tiempo, las consecuencias económicas a nivel mundial van a ser muy importantes, ya que habrá un aumento del precio del petróleo, eso encarecerá los fletes de mercancías, lo que llevará a un aumento en los precios generales que aumentará la presión inflacionaria en medio de una recesión mundial.
Algunos funcionarios del régimen iraní se reunirán con Putin para buscar reforzar alianzas. Irán sigue atacando con misiles a Israel, lo que está provocando una aceleración de una crisis política al interior del enclave y dudas sobre dónde los está llevando la política de Netanyahu.
Al intervenir, EE. UU. intenta salvar a su socio de Israel y reconfigurar Medio Oriente, en medio de una situación de descomposición del imperialismo norteamericano y de desesperación del enclave imperialista de Israel, que está viendo cómo se resquebraja su poderío en la región. En esta situación mundial estos ataques militares expresan que el imperialismo ya no puede dominar con las instituciones creadas en la posguerra y debe apelar al poderío militar para conseguir triunfos tácticos, pero que abren escenarios de mayor convulsión mundial. Inclusive algunos asesores de Trump le recomendaron no involucrarse, ya que tienen una amenaza mayor en el interior de su país con los conflictos abiertos por la política anti inmigratoria.
Asistimos a una tendencia de guerra generalizada, en la que el imperialismo norteamericano en decadencia pretende mantener su hegemonía mundial sin haber logrado cerrar el desarrollo de una crisis mundial abierta desde 2008. A esto se suman los procesos de asimilación de los ex Estados obreros al sistema capitalista que, como muestra la situación, cada vez se tornan más catastróficos. La ruptura del equilibrio inestable abre un sinfín de procesos políticos y sociales que el imperialismo intenta saldar con preparativos guerreristas y ataque a las masas y a los que nosotros debemos responder con la preparación de procesos revolucionarios, para frenar las tendencias belicistas y dar una salida obrera y socialista derrotando al imperialismo y sus agentes nacionales. Debemos desarrollar una lucha internacional para involucrar a gran parte del proletariado al debate de los problemas internacionales y las tareas que de ellos se desprenden.
Estamos por el triunfo militar de Irán contra el imperialismo y el enclave de Israel, pero no defendemos el régimen iraní; apelamos a la organización independiente del proletariado, que es la única clase que está interesada en derrotar a sus verdugos. Es una tarea central recuperar las consignas antiimperialistas y enfrentar a los regímenes bonapartistas sui generis de Oriente Medio; estas burguesías títeres del imperialismo son traidoras a la causa palestina. Son traidoras a toda idea de liberación nacional, incluso de sus propios países, llevando con sus experimentos de corte nacionalista burgués, ya sean nacionalistas o islámicos, a la total postración al imperialismo, a la represión violenta de los trabajadores y el pueblo pobre y a la descomposición territorial de los semi Estados artificiales creados en la posguerra como vemos hoy en Libia, Siria, Líbano o Irak.
El proletariado de Medio Oriente y del Magreb debe enfrentar a sus gobiernos y expulsar al imperialismo de la región y destruir el enclave de Israel y así frenar el genocidio en Gaza, formando una Federación de Repúblicas Socialistas de Medio Oriente y el Magreb como forma estatal de la dictadura del proletariado internacional. El proletariado de los países imperialistas debe derrotar a sus gobiernos y frenar la guerra. El proletariado ruso y ucraniano debe luchar en conjunto para derrotar el proceso de asimilación de los ex Estados obreros y transformar esa guerra en una guerra de autodefensa revolucionaria. El proletariado chino debe entrar en escena contra el proceso de asimilación y unirse a las luchas obreras de todo el mundo. En definitiva, debemos buscar la intervención de los batallones obreros en todos los países, de forma independiente, para que, con los métodos y la organización de la clase, logremos parar la masacre de una nueva guerra mundial, a la que nos quieren llevar.
Por una Conferencia Internacional por la reconstrucción de la IV Internacional
Ante la magnitud de la crisis, la aceleración de los preparativos guerreristas y las consecuencias que esto tendrá para nuestra clase se torna urgente el llamado a una Conferencia Internacional con las corrientes que aún levantan la dictadura del proletariado. Hacemos este llamado desde la necesidad de avanzar en abrir un debate al interior de las corrientes trotskistas, para reagrupar a la vanguardia detrás de un programa revolucionario y poder intervenir en la situación internacional como dirección revolucionaria que aspira a que emerja una nueva generación que retome las tareas históricas de construir el partido mundial de la revolución que en esta época es la reconstrucción de la IV Internacional.
COR Chile - LOI Brasil - COR Argentina
Se mantiene el asedio genocida del enclave de Israel sobre el pueblo Palestino. A dos meses que el enclave sionista rompiera el cese al fuego limitado, retomando sin cesar las masacres, Netanyahu anuncia los planes para invadir y vaciar Gaza de gazatíes con la intención de expulsarlos o aniquilarlos, propagandiza insertar asentamientos de colonos y ejercer el control político y militar directo de la franja de la mano del imperialismo. Enconado en este objetivo, no permite el ingreso de alimentos y medicinas a la franja, lo que ya está provocando la muerte por inanición de niños y cientos de víctimas que no pueden ser asistidas, además de continuar con el ataque a hospitales, e infraestructura, y suma a diario más y más muertes de palestinos.
Esto se da en el marco de una orientación del imperialismo norteamericano de retomar su debilitada hegemonía mundial, buscando pactos regionales con las descompuestas burguesías y lumpenburguesías como la de Arabia Saudita, la de Siria o la del Líbano, etc, quienes intentan restablecer un nuevo equilibrio ya que el que estableció la postguerra mediante el nakba y la misma creación del enclave de ocupación imperialista, se encuentra hecha añicos. Ruptura del equilibrio que fuerza al imperialismo también a buscar imponer condiciones a los ex estados obreros para semicolonizarlos como en Ucrania, o la guerra arancelaria para disputarle el comercio mundial a China.
En el plano interno el gobierno de Trump viene teniendo una línea de persecución y represión ante las manifestaciones en apoyo a Palestina, chocando abiertamente con amplios sectores de la juventud norteamericana e inmigrante, con epicentro en las universidades. Y es que esta crisis de hegemonía del amo yanqui provoca la absorción de las contradicciones mundiales en su seno abriendo procesos de lucha de clases donde la poderosa clase obrera norteamericana puede desempeñar un papel primordial para detener la maquinaria de guerra con los métodos obreros.
También se verifica que las instituciones de posguerra como la ONU se encuentran en la total decadencia al no poder dar una salida reaccionaria como la de dos estados entre Israel y Palestina, mientras caen asesinados decenas de médicos y rescatistas vinculados a organismos internacionales, con el aval silencioso o cínico de los representantes del imperialismo europeo, que aparece como “un actor de reparto” ante la orientación de la administración Trump.
Trump ha llevado una línea agresiva para imponer nuevas condiciones en el reparto mundial, en la búsqueda de asimilar a los ex estados obreros al sistema capitalista, además de una nueva relación capital trabajo.
Las burguesías árabes y del medio oriente han mostrado su rol pérfido en el conflicto, incluidas las direcciones palestinas como las de la ANP, las que buscan poner paños fríos y evitar que escale la solidaridad con el pueblo Palestino.
Además de su propia descomposición interna Israel se enfrenta a la resistencia palestina y de las masas árabes aisladas o contenidas por sus direcciones burguesas. Es el proletariado mundial con sus métodos debe encabezar la solidaridad con la resistencia y el pueblo palestino, en especial en los países imperialistas que deben detener la máquina de guerra.
¡Viva la resistencia palestina!
¡Por la destrucción del estado de Israel!
¡Por una federación de republicas socialistas de medio oriente y el Magreb!
1° DE MAYO-¡LEVANTEMOS LA BANDERA INTERNACIONALISTA DE LA CLASE OBRERA REVOLUCIONARIA!-DECLARACIÓN DE LA TRCI
En "El Nuevo Curso 39", publicación periódica de la Corriente Obrera Revolucionaria de Chile.
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Ante la crisis capitalista y las políticas guerreristas
En el mundo se sigue desarrollando una etapa que hemos denominado de descomposición del imperialismo y procesos de asimilación de los ex Estados obreros.
Estados Unidos ha lanzado una guerra arancelaria como respuesta decadente de un imperialismo en crisis, que no logró estabilizar su hegemonía con las instituciones creadas en la posguerra, ni pudo asimilar a los ex Estados obreros al sistema de Estados capitalistas (lo cual implicaría la destrucción de sus fuerzas productivas, el desmembramiento territorial y la recomposición del imperio de la ley del valor reemplazando la centralización burocrática estatal por el sistema de monopolios, convirtiéndolos en semicolonias). Esto llevó a que todas las contradicciones del sistema, en crisis, hicieran eclosión en el corazón mismo de los Estados Unidos. Estamos en presencia de una política muy aventurera y delirante de ruptura del equilibrio inestable de posguerra. Es decir, que estamos presenciando una transición a una nueva reconfiguración de los equilibrios en un momento agudo de la crisis capitalista.
La economía mundial se encamina a una recesión con elementos de depresión, con crisis de deuda en las semicolonias y procesos inflacionarios en gran parte del planeta. El sistema capitalista expresa una crisis histórica en su organización de las relaciones sociales de producción y sus formas de dominación. Ha entrado en una contradicción explosiva, ya que no logra que la relación capital-trabajo sea contenida en las instituciones creadas para su dominación y no ha podido encontrar en el proceso histórico su reemplazo por otra forma de dominación estatal burguesa.
En este contexto internacional, los trabajadores de EE. UU. tienen la palabra. Deben enfrentar a Trump y sus aliados, recuperar los sindicatos de manos de la burocracia sindical y la aristocracia obrera históricamente ligada al Partido Demócrata y ganar sectores del proletariado para una política internacionalista y de unidad de ramas productivas en los distintos países donde ha penetrado el capital imperialista.
Ante la debacle del Reino Unido, la Unión Europea y el Estado de bienestar, que sólo tienen para ofrecer preparativos de guerra. La respuesta obrera debe ser abrir procesos revolucionarios que enfrenten a los gobiernos imperialistas que nos pusieron en esta situación.
Tenemos que frenar las políticas guerreristas del imperialismo en todo el mundo: para que en Medio Oriente triunfe la resistencia palestina y destruya al enclave israelí y todas las direcciones contrarrevolucionarias; para que el proletariado ucraniano y ruso enfrenten a sus gobiernos y desarrollen una guerra revolucionaria para derrotar el proceso de asimilación en curso; para que el proletariado chino sea parte de las luchas del proletariado mundial y enfrente el proceso de asimilación del ex Estado obrero.
Los trabajadores de todo el mundo debemos enfrentar esta situación histórica a nivel mundial con la fuerza de nuestra clase para destruir este sistema capitalista que sólo nos garantiza superexplotación y una vida miserable. A su vez, debemos combatir toda noción de conciliación de clases en nombre de “frentes antifascistas” para frenar a una supuesta “ultraderecha” y que llevan a defender la democracia burguesa detrás de variantes “progre” como Bernie Sanders, el Parti de Gauche, en los países imperialistas, o en sus formas semicoloniales al estilo del PT brasilero, el FA chileno, o las coaliciones peronistas en Argentina. Las corrientes trotskistas deben pelear por la independencia de clase y no recrear de forma degradada la táctica de Frente Único con partidos que no tienen ninguna base obrera y sólo llevan a confiar las instituciones burguesas.
Este 1º de mayo reafirmamos nuestra historia como clase y levantamos con firmeza las banderas de la Comuna de París, de la Revolución Rusa, de los mártires de Chicago y de los dirigentes obreros que murieron o fueron asesinados enfrentando a este sistema. Por eso, a 139 años de aquel 1° de mayo en el que la burguesía norteamericana asesinaba a los mártires de Chicago, es central retomar las tareas de los revolucionarios en la pelea contra el capitalismo y sus instituciones, especialmente los Estados nacionales. Luchamos por la destrucción del Estado burgués y nos apoyamos en la experiencia de la Revolución Rusa y su sistema soviético para seguir ese camino de lucha.
Para que se desarrolle el internacionalismo es de primer orden la reconstrucción de la IV Internacional, para dotar de una dirección revolucionaria a este proceso histórico, para regenerar una vanguardia obrera que pueda dar una perspectiva marxista al proletariado mundial. Creemos que como primera tarea en esa dirección debemos llamar a una Conferencia internacional de las corrientes trotskistas que aun reivindican la dictadura del proletariado para discutir las tareas ante la situación mundial.
Por la unidad internacionalista de los trabajadores en contra del imperialismo y su política guerrerista.
¡Por la derrota del enclave de Israel y el triunfo de la resistencia Palestina!
¡Viva la lucha de la clase obrera mundial! ¡Viva la IV Internacional!
COR Chile - LOI Brasil - COR Argentina
Organicemos a nuestra clase para parar el genocidio
El enclave sionista ha roto el martes 18 de marzo unilateralmente la tregua con Hamas, asesinando a centenares de gazatíes (los muertos se cifran en más de 500 además de centenares de heridos, y desaparecidos). “Tregua” por lo demás superficial, manteniendo la continuidad del asedio, la colonización, represión y muerte en Cisjordania, además de las recientes masacres de parte de EEUU en Yemen, o los bombardeos sobre Siria o el Líbano.
Israel ha realizado ataques por aire y por tierra a Gaza, todo esto con el apoyo del imperialismo norteamericano. Trump y su administración, además de blandir su sadismo genocida de convertir a Gaza en un resort, viene reprimiendo en el frente interno toda manifestación de apoyo a la resistencia palestina. La emprendió contra la juventud y activismo, sobre todo de las universidades, que tiene como símbolo el arresto y procesamiento de Mahmoud Khalil, preparando su deportación por haber sido parte de las protestas universitarias el año pasado contra la administración Biden de apoyo irrestricto al enclave de Israel.
El imperialismo viene buscando imponer un nuevo ordenamiento mundial, pretendiendo la asimilación de los ex estados obreros (como Rusia o China) como semicolonias, y establecer una nueva relación capital trabajo ante a decadencia de la hegemonía yanqui. Las instituciones creadas por ellos mismo en la posguerra como la ONU ya no le es útil, institución imperialista que fue la que creó al enclave de Israel, dando luz verde a los sionista para la Nakba de los palestinos, y sacramentó el latrocinio de la tierra y el exterminio de la población con la política reaccionaria de dos estados.
Detengamos el Genocidio
Miles de manifestaciones en apoyo al pueblo palestino y contra el genocidio se despliegan en distintas partes del mundo. Es prioritario que confluyan con la clase obrera que es la que puede, mediante sus métodos como el paro o el boicot a la producción y transporte de armamento, el bloqueo a los puertos y suministros al enclave, detener la maquinaria de guerra yendo en auxilio de las masas palestinas.
Queda claro que la intervención del imperialismo en Medio Oriente, con el apoyo de diversas fracciones de la burguesía árabe y demás elementos descompuestos, sólo lleva a la barbarie, a la desorganización de la resistencia y al agobio y penurias de los pueblos de la región. Sólo una dirección revolucionaria puede brindar una perspectiva interviniendo con el claro norte de destruir el enclave israelí, en unidad con la clase obrera mundial, en una guerra revolucionaria por instaurar una Federación de Repúblicas Socialistas de Medio Oriente y el Magreb. Ante este escenario hacemos un llamado a las organizaciones que reivindican la necesidad de la dictadura del proletariado y del partido mundial de la revolución socialista a impulsar una conferencia internacional para saldar la crisis de dirección, dando pasos en la reconstrucción de la IV Internacional.
Por destrucción del Enclave de Israel.
Por la victoria de la resistencia palestina
Por una Federación de Republicas Socialistas del Medio Oriente y el Magreb
Por la Revolución Socialista Mundial
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Preparemos a nuestra clase en la lucha contra el capitalismo imperialista
El 8 de marzo es el día internacional de la mujer trabajadora. Conmemoración forjada con la lucha valerosa de cientos de miles de mujeres activistas y revolucionarias desde los inicios de la actual etapa de descomposición del capitalismo, el imperialismo. Ora por los derechos políticos, por los derechos reproductivos, por la igualdad social y contra la explotación del capital, fuente de esa doble opresión. Fue la revolución de febrero en Rusia (el 8 de marzo para el calendario gregoriano) la que coincidió con la conmemoración del día Internacional dela mujer trabajadora, que tuvo como protagonista indiscutible a las obreras rusas, cuyo impulso puso en marcha el derrocamiento del zar que inició el proceso que llevara a la victoria al proletariado, inaugurando la era de la revolución proletaria.
Durante decenios el capitalismo ha intentado cooptar, absorber, domesticar esta conmemoración, con el fin de confundir a la mujer trabajadora en las filas de la mujer burguesa. Los feminismos de conjunto, como una expresión pequeñoburguesa, han diluido el carácter de clase de la luchas de la mujer, levantando reivindicaciones propias del arribismo burgués (participación de la mujer en directorios de empresas o en instituciones burguesas) o con expresiones separatistas para fragmentar las filas obreras.
Cientos de organizaciones autodenominadas revolucionarias, abandonaron sus larvados programas para levantar la bandera “feminista”, provocando la disgregación de los programas y las luchas políticas, para sumarse a las agendas identitarias quitando el filo revolucionario a la lucha por la liberación de la mujer de toda forma de opresión.
El regreso de Trump a la presidencia de EEUU, con su línea de imponer un reordenamiento mundial, deja al descubierto el carácter del imperialismo que es reacción en toda línea. Una reacción que se juega a asestar duros golpes sobre el proletariado internacional, pauperizando a la clase de conjunto y empeorando las condiciones sociales de la mujer obrera.
Ante esto se levantan voces de que la lucha es “contra el fascismo” o contra una supuesta “restauración conservadora”. Estas consignas encubren el carácter reformista de su orientación, pretendiendo una vez más diluir la lucha contra la descomposición capitalista y la ofensiva imperialista en una lucha por maquillar el régimen burgués.
En Chile, luego de más de 3 años de un gobierno “feminista”, el carácter reaccionario de este bonapartismo pequeñoburgués, nos recuerda el apoyo dado de amplios sectores a esta farsa de “lucha contra el fascismo”. El balance vuelve a ser que se perdió la oportunidad de “conquistar derechos” con la derrota del proceso constituyente. Preparan un escenario preelectoral donde los actuales administradores, y parásitos menores, de los negocios capitalistas, posen de abanderados de los derechos democráticos. Los mismos que blindaron con impunidad a represores y asesinos, que encarcelaron a luchadores, que despojan a pobladores de sus viviendas, que militarizan el país ante cada oportunidad, que criminalizan la protesta y la pobreza, que encubre desapariciones como Julia Chuñil, volverán a mostrarse como la alternativa o “mal menor” ante el fortalecimiento electoral de tendencias ultrareaccionarias. Tendencias que, como la de Milei en Argentina, se van debilitando al calor de su propia decadencia y de las luchas obreras.
Es necesario recuperar el 8 de marzo como un día de lucha de la mujer trabajadora, un día de nuestra clase en su lucha por la emancipación.
Paso a la Mujer trabajadora
Recuperemos nuestras organizaciones para la lucha
Por un Congreso de delegados de base de la clase trabajadora
Luchemos por la aparición con vida de Julia Chuñil
Em novembro do ano passado, um importante debate sobre condições de trabalho se impôs, superando as bolhas da internet, que foi a discussão sobre a escala 6x1, impulsionado pela deputada Erika Hilton (PSOL), que apresentou projeto de lei na câmara dos deputados.
O tema mobilizou forças políticas em todos os espectros políticos - contra e a favor - e trouxe à ordem do dia a pauta sobre as condições de trabalho, e consequentemente ataques diretos aos trabalhadores como forma de garantir os lucros da burguesia e recuperar a produtividade, em um momento de aprofundamento da crise capitalista, marcada entre outros justamente pela queda dos índices mundiais de produção.
Porém, a discussão posta com a proposta da deputada psolista se dá de forma rebaixada, localizada nos marcos do parlamento burguês e acompanhando as próprias políticas de flexibilização do patronato. O que está implícito no bojo dessa medida são: a redução de jornada com a redução de salário, lay-off, banco de horas e o arrocho salarial.
As escalas de trabalho sofrem alterações ou mudanças de ritmo e tempo de acordo com as necessidades e interesses dos capitalistas, cujo processo produtivo já emprega inúmeras jornadas de trabalho na perspectiva da divisão social do trabalho. Essas escalas são negociadas nas mesas dos burocratas sindicais, que estão há tempos afastados dos locais de trabalho, logo de suas bases e colados ao Estado, conciliando-se com patrões enquanto atuam como muro de contenção da luta de classes.
Como contraponto a essa política patronal, a política que se impõe é a da ESCALA MÓVEL DAS HORAS DE TRABALHO - em que todo o trabalho disponível, deve ser distribuído entre toda a força de trabalho disponível, sem qualquer redução salarial, e essa luta deve ser levantada não através das instituições da burguesia como o parlamento e o judiciário, mas através de nossos métodos históricos de luta, e sempre sob a luz da independência de classe.
Para isso, mais do que atos de rua isolados, é preciso que os sindicatos e centrais sindicais tomem a frente desse processo, tomando para si o protagonismo dessa luta, porém, diante da política deliberada de contenção da luta de classes, empreendida pelas direções sindicais e políticas da esquerda eleitoral, se torna urgente a necessidade de recuperação dos sindicatos dessas camarilhas que se apossaram do nosso instrumento de luta e o transformaram em seu meio de vida, desviando toda a luta histórica para as instituições burguesas, advogando que migalhas em meio aos destroços, devem ser consideradas como vitórias.
- PELA ESCALA MÓVEL DE HORAS DE TRABALHO!
- PELA ORGANIZAÇÃO NAS NOSSAS ESTRUTURAS, COM NOSSOS MÉTODOS HISTÓRICOS DE LUTA E INDEPENDÊNCIA DE CLASSE!
Una ola de críticas sacude el mundo luego de las declaraciones de Donald Trump del 4/2, en las que propuso que EEUU se “haga cargo” de la Franja de Gaza. Esta “iniciativa” implicaría, lo dejó claro, la expulsión de ese territorio de los palestinos que vienen de enfrentar más de un año de bombardeos y asedio por parte de las Fuerzas de Defensa Israelíes. El imperialismo propone la limpieza étnica definitiva como “solución final” a la guerra genocida de su enclave israelí contra los palestinos, hoy en pausa a partir de una tregua impuesta a los sionistas por la resistencia.
No es casual que esta propuesta nefasta, una muestra más de la barbarie que el sistema capitalista en descomposición ofrece a la humanidad, fuera vertida en la 1º recepción internacional de Trump luego de asumir como presidente por segunda vez. El honrado era justamente Benjamín Netanyahu, el primer ministro del ente de ocupación. Trump sale así al rescate del gobierno sionista, que tambalea al no encontrar salida no sólo al actual conflicto, sino a una crisis de magnitud histórica dado que Israel es producto de una institucionalidad imperialista propia del equilibrio de posguerra, que hoy cruje por todos lados. Trump propone, retomando la línea de su 1º presidencia, arrasar con toda esa vieja institucionalidad, y su propuesta para la Franja de Gaza, aún con lo poco viable que la podamos considerar, viene a poner en primer lugar la defensa yanqui a Israel como una premisa fundamental del pretendido nuevo orden mundial.
Los hipócritas imperialistas que dirigen los gobiernos europeos, así como los cipayos de todo color en Medio Oriente y el resto del globo, salen a defender el derecho internacional, se rasgan las vestiduras contra la afrenta a los derechos humanos que implican las declaraciones de Trump, gritan la necesidad de mantener las instituciones del sistema de las Naciones Unidas, que pintan como garantes de la paz pero son, por el contrario, las instituciones que han permitido la reciente masacre en Gaza, la continuidad de la guerra en Ucrania, las limpiezas étnicas en África y Asia y todas las tropelías de las potencias imperialistas en los últimos años. Gobiernos como el del laborista británico Christy Cooney o el príncipe heredero Mohammed bin Salman, así como la ONU y los gobiernos de la UE, son cómplices de la expulsión del pueblo palestino de su tierra que se dirige a cumplir 80 años, así como del genocidio en curso, hoy sólo en pausa. Los señores demócratas, liberales y conservadores, defensores de la institucionalidad capitalista no tienen nada que ofrecer al proletariado y los pueblos oprimidos, más que una versión (en apariencia) un poquito menos brutal de la barbarie que sirven hoy a la mesa Trump y su gobierno de multimillonarios. Una versión que no deja de encuadrarse en la preparación militarista de los dirigentes burgueses del capitalismo en descomposición, que anuncia la propia presidenta de la comisión europea, von der Leyen, al solicitar la relajación de las reglas fiscales y de endeudamiento de la UE para aumentar los presupuestos de defensa; ni deja de regirse por el único eje claro que tiene el imperialismo, que es la necesidad de modificar la relación capital-trabajo a su favor, atacando a nuestra clase, tal como vienen aplicando en Polonia, Ucrania y demás países.
Como planteamos oportunamente, Trump sigue la idea de recuperar el liderazgo perdido en los últimos años y, en base a una política agresiva a nivel económico y poderío militar, se pone como objetivo recuperar la influencia perdida, especialmente ante China, en distintas regiones para intentar imponer una nueva hoja de ruta –en su decadencia- para la situación mundial. Sus primeras medidas han mostrado los límites de la maquinaria productiva y financiera yanqui, amenazando con una guerra de aranceles contra México y Canadá que tuvo que meter 30 días en el freezer por la resistencia de la propia burguesía imperialista que teme que semejantes medidas terminen por agrietar aún más la ya de por sí alicaída salud de la economía norteamericana. Sin embargo, tanto el gobierno de Trudeau, en vías de salida, como el gobierno mexicano de Sheinbaum debieron subordinarse y ceder al pedido de militarizar las fronteras de sus países. Sheinbaum muestra que Trump cuenta no sólo con Milei, Bukele y otros presidentes lamebotas en América Latina; también se ofrecen los servicios de un progresismo decadente, dispuesto a desplegar 10 mil tropas contra su propio pueblo para satisfacer al amo imperialista.
Unidad internacionalista contra el imperialismo
Las reacciones de cólera y el enfrentamiento a la agresividad imperialista expresada por Trump ya se han visto reflejadas en las manifestaciones contras las deportaciones en el propio EEUU. Podemos esperar que la juventud retome allí, así como en Europa, la lucha en favor del pueblo palestino. Esas manifestaciones antiimperialistas son un toque de alarma para la clase obrera organizada y su vanguardia, que ha protagonizado acciones de solidaridad muy importantes, pero no ha logrado ponerse a la cabeza de estas expresiones de lucha. El proletariado tiene la capacidad de enfrentar al capitalismo en su base, imponiendo la paralización de la producción y su control para dejar en el aire a los burgueses y detonar las bases de sus Estados. Luchando contra la asimilación capitalista de los ex estados obreros y los gobiernos bonapartistas de Rusia y China que pretenden disputar la dirección del proceso de restauración al imperialismo, con toda la regresión social que eso implica. Peleando por la destrucción de Israel, ente de ocupación sionista en Medio Oriente, y contra todos los gobiernos burgueses de la región (árabes, túrquicos y el gobierno iraní) cómplices de la masacre contra el pueblo palestino, luchando por la Federación de Repúblicas Socialistas de Medio Oriente como forma política de la dictadura del proletariado. Para la consecución de todas esas enormes tareas que tenemos por delante, es necesario encarar la labor de saldar la crisis de dirección revolucionaria del proletariado, que muestra una vez más ser la crisis de la humanidad. A cada paso, la situación da nuevos elementos para impulsar de forma urgente el llamado a una Conferencia Internacional por la reconstrucción de la IV Internacional y sus secciones nacionales.