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Wednesday, 25 August 2021 07:16

Preparemos nuestras Fuerzas

Un rebote para un zarpazo

 

Tanto del gobierno cómo de las cámaras patronales a quiénes éste sirve celebran con júbilo el efecto rebote de la economía que en el segundo trimestre arrojó un 18,1% del PIB. Y este festejo no es menor para los grandes empresarios que en medio de la pandemia han visto duplicar el incluso triplicar su patrimonio, lo que constituye una expropiación abierta hacia la clase trabajadora donde el capital, por intermedio de las políticas represivas estatales, intervino en las relaciones sociales para favorecer a la clase dominante la que aprovechó la pandemia para imponer mayores niveles de explotación.

Este "crecimiento", si bien ficticio dado qué se compara con los datos recesivos del 2020, ha estado dinamizado principalmente tanto por un aumento del consumo interno, impulsado coyunturalmente por los subsidios estatales (IFE), por las inestables aperturas sanitarias así como por aumento de las exportaciones del orden de los 23,000 millones de U$, de las cuales dos terceras partes corresponden a la minería. Este impulso de las exportaciones mineras ha estado centrado principalmente en la recuperación económica China que recientemente ha enfriado sus pronósticos de recuperación, así como ha tenido una política activa de liquidación de inventarios del cobre para intervenir sobre los precios que tuvieron una suba del 55%.

La vociferada recuperación de un millón de puestos de trabajo, en su mayoría da cuenta de la reapertura del comercio minorista, servicios, obras de construcción o empresas volcadas al consumo interno, que por lo demás se trata de empleo precario y transitorio. Del mismo modo hemos visto quejarse a los empresarios de que los desocupados no están aceptando trabajo por culpa del IFE. Claramente una familia trabajadora opta por una vida de subsistencia con el IFE que someterse a ser sobreexplotado con extenuantes jornadas a cambio de un salario que apenas es una fracción de este subsidio. Es por lo mismo que ya han comenzado implementar un IFE laboral en una suerte de transición desde una medida de contención, ante la extrema miseria qué dejaba expuesta a las masas trabajadoras a la crisis y a la pandemia, hacia un subsidio directo al empresariado para que puedan seguir pagando salarios de miseria y así poder bajar la masa salarial a mediano plazo.

Ya los economistas burgueses comienzan a hablar de un "sobrecalentamiento" dado el aumento del dólar así como de la inflación. Y más allá de factores puntuales como el precio del cobre, el aumento de los costos de transporte de los bienes internacionales,o la mayor demanda bienes de consumo (mayor liquidez, 60% aumento del circulante monetario); los procesos inflacionarios internacionales, el pronto retiro de estímulos económicos estatales en EEUU, predisponen a la economía semicolonial a preparar un nuevo giro más restrictivo que vaya directamente contra las condiciones de vida del pueblo trabajador. Esto sin mencionar que el aumento del gasto público para financiar subsidios como el IFE lo harán recaer sobre nuestras espaldas.

En suma, el retiro del subsidio universal, el aumento de la precarización el empleo, la consolidación de una desocupación estructural, y el potencial rebrote de la pandemia por nuevas variantes, será el cóctel de crisis que deberemos prepararnos para enfrentar con nuestras propias fuerzas.

 

Peguemos donde les duele, que triunfen los mineros

 

Y es en este escenario de exorbitantes ganancias que los trabajadores salen a luchar votando y haciendo efectiva la huelga cómo los trabajadores mineros. La patronal de BHP minera escondida (la de mayor producción mundial de cobre) se apresuró a responder positivamente al pliego de los trabajadores quienes ya habían demostrado en el 2017 con una extensa huelga su centralidad en la economía. Casi en paralelo salía a la huelga efectiva los trabajadores de la mina Caserones de la japonesa JX, quién se empeña en derrotar esta huelga con la excusa de un bajo desempeño de resultados durante la pandemia. Al mismo tiempo tres de los cuatro sindicatos de la división Andina de Codelco ya se encuentran en huelga dado que la estatal está decidida a liquidar beneficios históricos así como establecer divisiones entre trabajadores nuevos y antiguos. Codelco ha intentado adelantar los procesos de negociación en la mina del teniente lo que ha sido rechazado por los principales sindicatos. Cómo es usual, Codelco pretende imponer las condiciones de explotación obrera como una suerte de vara al resto de la rama minera. El presidente de la Sonami (exgerente de empresas como Angloamerican, BHP y la propia Codelco) Diego Hernández afirma que existe un "límite ético" en el aumento de los salarios ya que no sería "ético", para la burguesía claro está, otorgar aumentos proporcionales a los aumentos de la ganancia empresaria. Y del mismo modo, de forma amenazante, indicó que en el caso de Andina "una huelga larga pierden la empresa y pierden los trabajadores. De alguna manera es un mensaje para los trabajadores de las otras empresas que tienen que pensar muy bien si vale la pena estirar el elástico e ir a la huelga… el próximo sindicato que esté negociando lo va a pensar un poco más".

Desde diversas organizaciones de corte populista se critica y se le resta apoyo a los trabajadores mineros dadas condiciones de privilegio en relación a otros sectores obreros y populares. Y esto es así ya que la penetración del capital imperialista en las semicolonias produce un estrato de aristocracia obrera que suele ser la base de la misma burocracia sindical. Sin embargo es un error colocar al conjunto de los trabajadores de planta en esta categoría, ya que la estratificación de la clase obrera es una de las herramientas fundamentales de la dominación capitalista para dividir nuestras filas. También es importante considerar que la mercancía fuerza de trabajo en esta rama tiene un desgaste inusitado con turnos extenuantes, el aislamiento esclavizante en los campamentos mineros, además de enfermedades mortales como la silicosis. Es por ello que una política correcta para neutralizar las tendencias conservadoras de las capas altas de la clase obrera es impulsar a la cabeza de las organizaciones obreras a dirigentes decididos a luchar por el conjunto de los intereses de la clase trabajadora. Desde ahí recuperar las organizaciones mineras para aliarse a los sectores más explotados de los trabajadores mineros cómo los subcontratados (del orden del 60% de la clase obrera minera), quienes han dado grandes gestas de lucha en su historia, planteando la lucha por el pase a planta permanente, ampliando las funciones de los sindicatos impulsando el control obrero del conjunto de la rama. Es prioritario que estás luchas triunfen al tiempo que se colocan como objetivo la superación de las divisiones entre trabajadores de planta y subcontratados, ocupados y desocupados, dando un golpe de gracia a la base del poder burgués.

Los sindicatos en huelga deben unificar sus asambleas y su pliego y ampliar sus objetivos para torcerle el brazo a los explotadores.

 

Una superficie agitada

 

Se lanzó oficialmente la carrera presidencial. No sólo no hay nada nuevo bajo el sol sino que amplios sectores quedaron huérfanos del "mal menor". Dejando de lado a los tradicionales representantes de los partidos burgueses, de la derecha y la maltrecha concertación, el resto de los candidatos en diversas expresiones de la pequeñoburguesía, no sólo no constituyen salida alguna a los grandes dramas sociales, sino que son opciones nefastas para los trabajadores y el pueblo. Así se puede ver reflejado en el candidato Boric, que con una fraseología "transformadora", se ha mostrado solicito una y otra vez que la clase dominante lo llama a cerrar filas, como fue su participación en el "acuerdo por la paz", una salida del régimen para salvar a Piñera de su caída a manos de la huelga general y emprender un desvío mediante una convención constitucional. Asegurar la paz también implicaba comprometerse a fortalecer las leyes represivas como fue el alineamiento del bloque del FA con la ley antibarricadas. Y es importante señalar que no fue ni la irrupción del 18 de Octubre, ni la masiva movilización histórica posterior la que urgió al conjunto de los partidos, sino el carácter semiinsurreccional de la huelga general del 12 de Noviembre la que paralizando el aparato productivo hizo tambalear los cimientos de la democracia burguesa semicolonial.

Ante esta ausencia del mal menor, o de una expresión aproximada a lo que fue el “estallido”, desde distintos sectores, del MIT, la coordinadora 8M, No + AFP y diversas personalidades político-culturales intentaron sin éxito conseguir posicionar a último minuto la candidatura de Cristian Cuevas, quien salto a la palestra al dirigir una importante gesta de la lucha de subcontratistas del Cobre en el año 2007; lucha que fue bajada por Cuevas, entonces militante del PC, llamando a confiar en el gobierno de Bachelet con intermediación de la iglesia dejando un tendal de despidos. Como la burguesía sí saca lecciones, el gobierno posterior de la Nueva Mayoría, del que fue parte Cuevas, liquidó con su reforma laboral la accesibilidad de crear sindicatos en las subcontratistas y le dió a la patronal la posibilidad de desligarse de las empresas subcontratistas en caso de que sus trabajadores vayan a huelga reemplazándola por otra. Quizás para estas direcciones era más importante el perfil identitario al que apostó Cuevas en su fugaz campaña que las valiosas lecciones de la lucha de clases.

Por su parte, con el fin de presentar candidaturas parlamentarias, se forma el Frente por la unidad de la Clase trabajadora (PTR, MST, FUL, el Porteño). Organizaciones que si bien critican el acuerdo por la paz y la actual CC su orientación durante el proceso post18 fue y es la de impulsar una Asamblea Constituyente. Sus orientación no se dirigen a volcar los esfuerzos militante para organizar a la clase obrera y reconstruir su dirección histórica, la Cuarta Internacional, poniendo en debate un programa de transición hacia la toma del poder, sino que pretenden replicar la experiencia del FITU argentino, como una coalición superestructural, con figuras públicas y proyectos de ley en reemplazo de un programa revolucionario.

 

"El que se ríe se va al cuartel"

 

Una última mención a la CC donde las "rondas de San Miguel", trasladadas de las ágoras universitarias al palacio Pereira (con actores incluidos) convocan a que superemos la lucha entre las clases y la reemplacemos por simbolismos culturales, se va abriendo el paso de su institucionalización burguesa. Ya se estructuró, no como una representación distorsionada o “del pueblo” sino como una copia berreta del congreso con sus cargos, viáticos, asesores y reglamentos de comisión. El MIT, con la única representante de la izquierda revolucionaria en la convención, tuvo el "privilegio" de ser la voz que aclarare a los medios que el edecán de la dictadura genocida de Pinochet (genocida Arancibia) se le permitirá ser parte de la comisión de derechos humanos, aunque no cuando testimonien las víctimas. María Rivera quien es sobreviviente directa de esa dictadura, impulsada por su programa, se adapta progresivamente a la danza de la democracia, vaya modo de "utilizar la tribuna". Claro que para el MIT, no es el carácter de institución ad hoc del Estado burgués lo importante sino que "es la única institución estatal con alguna credibilidad en el pueblo después del 18-O". Si sumamos que resolvieron cambiar "expropiar" por "recuperar" vemos que la adaptación a la opinión pública es un síntoma considerable de centrismo.

 

Este escenario donde los trabajadores salen a la lucha para recuperar lo perdido, y la burguesía se prepara paso a paso para profundizar su ataque contra los trabajadores y el pueblo, es prioritario dirigirse a organizar las filas obreras, recuperando sindicatos, pelear por una Central única, impulsar un congreso de delegados de toda la clase trabajadora, que impulse el control obrero de los grandes medios de producción, unificar a la vanguardia en pro de estos objetivos se vuelve vital. La lucha de clases que en su forma es nacional pero en su contenido es internacional debe preparar nuestras fuerzas con independencia de clases para combatir al capitalismo imperialista en descomposición y dirigir a la clase obrera hacia el poder, expropiando a los expropiadores.

August 21, 2021 marks the 81st anniversary of the physical disappearance of Leon Trotsky. The circumstances of his death are indicative of the relentless revolutionary struggle he waged until his last day. But Ramon Mercader, the agent of Stalinism who inflicted the fatal wound on him in his exile home in Mexico, was far from imagining that his act would only exalt the Bolshevik leader and prove that Stalin was leading the first Workers' State in history to counterrevolution. Stalinism celebrated having finally managed to get rid of the revolutionary authority of the old guard in order to kidnap the Workers State and put it at the mercy of its interests. But above all the imperialist bourgeoisie celebrated the great favor that Stalinism would do it, by assassinating the founder of the Fourth International -together with several of its most valuable cadres- and thus quenching, at least for a time, the light of the international organization of the proletariat in a party whose aim is to bury capital: the Fourth International. But the class struggle does not tolerate interruptions. The present situation shows once again the correctness of the revolutionary conclusions that Trotsky drew from the greatest events of history until his death and the revolutionary edge of the program of the Fourth.

Capitalist decadence and pandemic

The Transitional Program begins by stating: “The world political situation as a whole is chiefly characterized by a historical crisis of the leadership of the proletariat. The economic prerequisite for the proletarian revolution has already in general achieved the highest point of fruition that can be reached under capitalism. Mankind’s productive forces stagnate. Already new inventions and improvements fail to raise the level of material wealth. Conjunctural crises under the conditions of the social crisis of the whole capitalist system inflict ever heavier deprivations and sufferings upon the masses. Growing unemployment, in its turn, deepens the financial crisis of the state and undermines the unstable monetary systems. Democratic regimes, as well as fascist, stagger on from one bankruptcy to another.”

And, in light of the events triggered by the SarsCov-2 coronavirus pandemic, we can say that this is still a fair characterization. Two years after the start of the pandemic, we have taken advanced lessons in how capitalism works and who are its guarantors and defenders. We were able to see everywhere in the world how bourgeois governments settled in their States to exercise a reactionary centrality to control the situation opened by covid, trying to safeguard their health systems and the interests of large industrial, pharmaceutical and service companies to the detriment of the living conditions of the great majorities.

We call that policy a “reactionary general rehearsal”, which was an attempt to dominate the situation in the midst of a world crisis that the pandemic came to accelerate. The quarantines, the idea of living with the virus, the state repression to guarantee confinements, the committees of experts and so many things imposed by bourgeois methods to further disorganize the proletariat and prevent it from even thinking of imposing its methods. For this the bourgeoisie had the invaluable help of the currents of class conciliation and especially of the trade union bureaucracy at world level.

The capitalist system showed its true face when it managed to get emergency approval for some vaccines against covid. Far from ensuring the inoculation of the whole world, the vast majority were hoarded by the imperialist countries in order to reactivate their economies as soon as possible and use the "diplomacy of vaccines" to have a greater interference in semi-colonial countries. Thus, they left a large part of the world's population without any vaccine. The big laboratories have been the great winners of the pandemic. In the meantime, variants, such as Delta, continue to spread throughout the world.

The capitalist system showed why it is exhausted as a system, since it cannot act as a bloc. Although it can, at certain moments, make progress in some economic sector over another, it does so on the basis of an anarchy that guarantees a greater pauperization of the living conditions of the great masses. In this pandemic we could see many phenomena of class struggle against the hardships to which they wanted to subject us, the processes in Palestine, the strikes in Italy, the mobilizations in the USA against the assassination of Floyd, the acute processes in Latin America such as Chile, Ecuador, Colombia to name a few.

We are living a stage of decomposition of imperialism. The recent events in Afghanistan are a clear example. After 20 years of U.S. occupation for a supposed war against terrorism, today their troops have handed over power to the Taliban.

And perhaps the most important thing we have witnessed in this pandemic is the decomposition of States as a form of domination. The State-capital relationship has entered into a historical contradiction.

To complete the program and put it into action

Given the circumstances that have arisen since the emergence of the pandemic and, fundamentally, faced with the rottenness of the bases of the capitalist system, we maintain that Trotsky's legacy confers on us a theoretical and political basis to act in this historic stage. To take on this task implies assimilating the revolutionary method he taught us to think with our own head the processes of assimilation of the former workers States, the imperialist decomposition and its course in the institutions created for its domination. This, mainly, to make progress in settling the crisis of revolutionary leadership. On this road we must replace the centrism that influenced layers of fighters by revolutionary Marxism, to provide the workers vanguard with a transitional program that leads to the construction of parties as a section of the reconstruction of the IV International.

From the TRCI we promote the need for an International Conference with the groups that still defend the dictatorship of the proletariat to advance in the tasks of the revolutionaries in the stage.

It is necessary to defeat this capitalist system, destroy the power of the bourgeoisie, organize the proletariat and develop the stages of the dictatorship of the proletariat. We must expropriate the expropriators. These tasks are inscribed in raising high the banners of the Fourth International, the world party of the socialist revolution.

 

COR Chile - LOI Brasil - COR Argentina

Luego de 24 días de huelga los trabajadores del sindicato Ártica retornan a sus labores.
Luchan contra una patronal que utilizó reiteradamente prácticas persecutorias contra el sindicato, negándose a establecer negociaciones colectivas o directamente despidiendo a los trabajadores sindicalizados. Luego del proceso abierto del 18 de Octubre, los trabajadores, impulsados por sus sectores juveniles, vieron la necesidad de organización y comenzaron a sumarse al sindicato, lo que los llevó al actual proceso de negociación donde plantearon un modesto pliego donde pedían beneficios de colación y movilización entre otras demandas de mejoras en las condiciones de trabajo, entre ellas las de rechazar jornadas laborales extenuantes, de más de 12 horas 7 dís a la semana. La patronal se siguió negando a dar el más mínimo beneficio lo que empujó a los trabajadores a ir a la huelga.
La huelga logró paralizar gran parte de la producción de esta empresa gráfica dedicada a la fabricación de etiquetas, en particular para las embotelladoras de vino. Si bien los trabajadores se mostraron cautos para tomar acciones más decididas desde el inicio de la huelga, a medida que la patronal colocó y luego sacó de forma insultante a los trabajadores propuestas de cierre, los llevó al "día de furia" donde llovieron huevos y palos al enardecerse los ánimos de los huelguistas.
Durante el proceso recibieron la solidaridad de organizaciones y dirigentes sindicales que también han pasado por experiencias similares como en la reciente huelga de Cosmoplas, entendiendo la necesidad de apoyar y fortalecer estas luchas obreras para torcerle el brazo a la patronal. También el sindicato intentó ligarse con las confederación gráfica como con los sindicatos de las productoras de vinos, de quienes lamentablemente no hubo respuesta solidaria.
Algunas organizaciones de la izquierda revolucionaria se acercaron con la intención de que los trabajadores vayan a llevar su lucha hacia la Convención Constitucional, intentando colocar una mediación política en una huelga económica. Esta propuesta fue adecuadamente recibida más bien con apatía de parte de los trabajadores.
Finalmente la empresa, apurados por las pérdidas de producción y los pedidos pendientes, cedió en varios puntos del pliego de los trabajadores como el bono nocturno, el IPC retroactivo, un bono de término, media jornada para los días festivos, y el descuento en 2 años de los días caídos en la huelga, entre otros puntos.
De conjunto el sindicato sale fortalecido de esta huelga logrando instalarse para las próximas batallas ante eventuales represalias o nuevos procesos de negociación. Queda pendiente dar una pelea por tender lazos y unificar las luchas del rubro gráfico para lograr imponer nuestras condiciones a la patronal.
Que las jóvenes generaciones de trabajadores nacidas al calor de las luchas de masas, busquen fortalecer a la clase trabajadora, a su organización y la dispongan a luchar contra el capitalismo.

Friday, 16 July 2021 16:09

Cuba, once again at a crossroads  

 

To put an end to the imperialist blockade and defeat the CP's policy of capitalist restoration, the intervention of the working class of all America is urgent.

 

The outbreak of protests in San Antonio de los Baños last Sunday, which spread to Havana and other Cuban cities, has taken the unaware by surprise. Starting with the “gusanos” in Miami, who came out to demand US military intervention from Joe Biden, not only to take advantage of the crisis but also frightened to see no clear leadership of the protests. It also takes Biden focused on other problems, mainly domestic, but also of foreign policy: his relations with Latin America and the Caribbean (assassination of Jovenel Moïse, president of Haiti) show great disorientation. On the Cuban side, President Díaz Canel also showed himself to be completely disoriented, coming out with a hard line against the protests and then having to recognize the problems legitimately claimed by the demonstrators, and calling a sector of these "confused revolutionaries".

The confusion of these counterrevolutionary leaderships is based on a real element: the disorder generated by the pandemic worldwide and the lack of clarity of imperialism to lead a process of fulminating defeat of the working masses, starting from the reactionary general rehearsal launched last year, opens up all kinds of political processes. In the case of Cuba, we must consider the difficulties of the process of assimilation of the former workers' state, which is showing, as in Belarus and other countries, tendencies towards capitalist chaos in the face of the leadership weakness of the bureaucracy of that state, this element accentuated by the very weakness of the economic structure of the island. Imperialist decomposition makes assimilation more difficult, but it cannot stop the process ad eternum, rather, it aggravates the decomposition and the tendencies towards confrontation between the social forces present. We have seen this in Eastern Europe (Ukraine, Belarus, Georgia), in the Caucasus (Nagorno-Karabakh), in China (Hong Kong), all with their own particularities but all determined by a whole historical stage marked by a process of decomposition of a social system that undermines the bases of the nation-states as political form. All this, as we said above, accelerated by the Covid-19 pandemic.

In the case of Cuba, it’s evident how the pandemic hit the State structures already decayed by years of rotting since the fall of the USSR and the beginning of a tortuous transition towards full capitalist assimilation, where the bureaucracy and a social base linked to the State try to maintain their position, against the sector that intends to sweep away those structures with a program that, rather than "homeland and life", is summarized in "semicolony, yes; 51st US State, better". The lack of medical care, food and electricity, also show their awful silhouette against the backdrop of the reforms voted in the last congress of the CCP, which advanced in a savage devaluation with the unification of the exchange rate. The living conditions of the working masses are contrasted with the dollar-valued merchandise on display in the tourist stores and the privileges of the "communist" bureaucracy. These elements are the driving force behind the protests, of which heterogeneous sectors are part, who for years have identified the ideas of socialism and communism with a State that in reality is trying to impose capitalist restoration with repression. But it’s clear that the US imperialist blockade, imposed for decades with the aim of pressuring the bureaucracy to accelerate the restorationist measures (a goal it has more than fulfilled), is the main cause of the hardships of the Cuban working class. Díaz Canel, Biden, the Republican Party and the “gusanos” are all in agreement in taking the counterrevolution in Cuba to the hilt.

 

The intervention of the proletariat of all America is urgently needed

To collaborate in the task of setting up a revolutionary leadership capable of confronting the imperialist leadership and the leadership of the CP bureaucracy in Cuba, the intervention of the American proletariat is necessary, in Latin America and the Caribbean as well as in the US. Because it’s also evident, and it has been proven by historical experience, that the program of the dictatorship of the proletariat cannot be realized within the narrow borders of any Latin American country, but that it acquires its political form in the Federation of Socialist Republics of Latin America and the Caribbean.

To carry out this task, we revolutionaries must fight within the trade unions so that the working class takes action with clear goals: Down with the imperialist blockade! Especially in the US, we must impose the opening of trade with the island, with our methods, the occupation under workers' control of ports, warehouses and factories, the seizure of control of ships and workers' confiscation to take to Cuba the hydrocarbons, food, medicines and vaccines needed by the workers and the poor people. No to imperialist military intervention! At the slightest sign of threat of military intervention, let us impose a strike in the US and the stoppage and occupation of all US-owned companies in the region. Down with the repression of the CCP bureaucracy, freedom for the prisoners! We must impose that the Latin American and US trade unions pronounce themselves for the freedom of the socialist fighters who were arrested on Sunday, July 11th, among them Frank García Hernández, Leonardo Romero Negrín, Maykel González Vivero and Marcos Antonio Pérez Fernández.

 

For an international revolutionary leadership

Far from what the Latin American Centrists postulate, it’s not a matter of developing a democratic program to take the demands of the masses towards a solution from the (national) State based on more or less "radical" reforms, it’s a matter of regenerating the foundations of the Cuban revolution with the extension of the revolution in the region and the establishment of the proletarian dictatorship under a revolutionary leadership. Capitalism is in frank decomposition and can offer nothing more than repression, in increasingly open confrontations with the working class, to try to modify in its favor the relation between capital and labor with the intention of giving itself a survival. The need for an international revolutionary leadership, the reconstructed Fourth International, becomes palpable and cannot be a simple declamation for party congresses and conferences. We have before us the great task of preparing the reconstruction of the IV taking the programmatic debates to the heart of our class, giving political battle to the trade union bureaucracy and fighting to recover the trade unions. We propose, with new emphasis given the events in Cuba, to organize a Latin American Conference of the currents that claim for the dictatorship of the proletariat, to debate the policy, tactics and program to intervene in the situation with that objective. As a step towards a world conference that allows revolutionaries to face the task of the moment: to begin to settle the crisis of leadership of our class, the only revolutionary class, the working class.

El pasado viernes fue asesinado el joven mapuche militante de la CAM, Pablo Marchant, en momentos que se encontraba en acciones de sabotaje contra la Forestal Mininco, de CMPC.

En una confusa situación la fiscalía en un primer momento señaló que el cadáver era de Ernesto Llaitul, hijo del líder de la CAM, para después ser desmentido por el propio Llaitul. El joven habría muerto de disparos a corta distancia en el rostro y en la cabeza, efectuados por la policía. En el lugar también fue herido, encontrándose grave el trabajador Ceferino González.

La asociaciones empresariales y representantes de la derecha de la zona salieron a aplaudir el accionar de carabineros, así como a pedir mayor intensificación de la represión en la “macro zona”. En el mismo sentido se manifestó el alcalde de Carahue luego de su reunión con el encargado del gobierno.

Lo que ya es una política del Estado ahí, con militarización, aparataje de inteligencia y dotación policial, para resguardar la propiedad privada, quieren llevarlo a otro nivel.

Por su parte la Convención Constitucional se ha limitado a la impotencia de las declaraciones. No fue hace mucho que mediante un comunicado pidió por el “indulto de los presos políticos y la desmilitarización del wallmapu”. Ya en la CC se empieza a dar el juego de los bloques políticos donde los grupos empiezan a darle la impronta de institución ordenada del Estado burgués, lo que quedó graficado con las solicitudes de las mismas condiciones de funcionamiento de "sus pares" del congreso. Que militantes y organizaciones de la izquierda revolucionaria llamen a confiar, fortalecer y/o presionar a este organismo ad hoc del Estado, diluye la luchas como las de la libertad de los presos por luchar y la desmilitarización de la Araucanía.

Los sindicatos de trabajadores de las forestales deben establecer compromisos mutuos respecto a las comunidades mapuches para enfrentar a la patronales forestales. Deben pelar por la desmilitarización de la zona, exigir el retiro de las fuerzas policiales de los predios laborales, e impulsar la expulsión de las fuerzas represivas del Estado.

Debe quedar claro en la vanguardia que el enemigo es la burguesía y su Estado, y que es la clase obrera la que puede llevar a cabo esta tarea, impulsando el control obrero de la producción de las forestales, liderando la revolución agraria

Saturday, 03 July 2021 23:22

Libertad a los presos por luchar

Arranquemos a nuestros presos de sus cárceles

La convención no es el camino

Enfrentemos la trampa constituyente desarrollando la independencia de la clase obrera

 

Más de un año que está democracia para ricos mantiene a luchadores y activistas presos, con medidas de prisión preventiva, montajes, farsa judiciales, o la aplicación de la legislación reaccionaria avalada, sostenida e impulsada por todos los partidos del régimen. Desde las alas pinochetistas del oficialismo hasta la oposición pequeñoburguesa de "Apruebo Dignidad" que pese a las imposturas de mea culpa, cíclicamente condenan la violencia de los explotados y avalan por acción u omisión las leyes represivas de los explotadores.

Mientras la carrera presidencial discurre sobre el grado de dirigismo e intervención estatal en la economía semicolonial, se instala la convención constitucional que se urdió para contener y desviar los procesos de lucha surgidos el 18 de Octubre, haciendo bramar los cantos de sirena de una reforma al aparato estatal como una solución a los problemas emanados de las mismas bases capitalistas. La mantención de los presos políticos es parte de este esquema de defensa de la democracia burguesa mediante su aparato coercitivo.

La crisis económica mundial, el flagelo pandémico que arroja un tendal de muertos, la intervención abiertamente reaccionaria de los aparatos estatales sobre las relaciones sociales, que acontece en todas partes del planeta, evidencian que el capitalismo se encuentra en un proceso agudo de descomposición.

No existe posibilidad alguna en la actual etapa histórica de qué procesos jurídicos constituyentes del Estado burgués, sin importar si éstos son más o menos "democráticos", puedan significar un paso en la emancipación de los trabajadores y el pueblo.

Es preciso pelear por la organización e intervención independiente de las fuerzas de la clase trabajadora. Fortalecer su organización y sobre todo nuclear a sus elementos más honestos y decididos en una dirección revolucionaria internacional.

La política de "rodear" la convención o hacerle seguidismo mediante la política de exigencias, sólo nos desvía del gran desafío de impulsar la militancia obrera en los centros productivos para impulsar un programa revolucionario, al tiempo que sustenta su farsa.

La exigencia de la libertad presos debe dirigirse contra el conjunto del sistema carcelario y judicial, enfrentando y luchando por la disolución de las fuerzas represivas, que son parte del aparato estatal sostén de la dominación capitalista.

El activismo de los trabajadores y de la juventud puede dirigir una campaña al interior de las organizaciones obreras y en los centros de trabajo, en los hospitales en las fábricas en las minas, para se levanten las banderas por la justicia y castigo contra los represores de ayer y de hoy, y consigamos arrancar a nuestros presos de sus cárceles.

¡A sacar lecciones!

Luego de 22 días de huelga, logrando paralizar la producción, manteniendo firme el piquete en la puerta de la empresa, los trabajadores de Cosmoplas decidieron poner fin al proceso de lucha.

Consiguiendo algunos beneficios de colación, movilización y aumentos de sueldo base, lograron duplicar el bono de término de negociación que les ofrecieron al comienzo de la lucha. Si bien éste no compensa ni los días caídos ni llega al petitorio del sindicato, la empresa debió retroceder de su postura inicial, de intentar derrotar por desgaste a los trabajadores.

Cosmoplas pretendió humillar a los trabajadores tanto en la respuesta a su petitorio como en la intención de estirar los tiempos de negociación apostando a quebrar la lucha al día 15 de huelga. Sin embargo los trabajadores se mantuvieron firmes e incluso la decisión de levantar la misma pasó por una importante deliberación que tenía por fondo la posibilidad real de fortalecer el conflicto si este continuaba.

Adicionalmente la empresa había reestructurado oficinas dejando operativa la planta de Noviciado mientras Puerto Montt y Enea se mantenía paralizadas. Nucleó en esta instalación a los trabajadores no sindicalizados o allegados a la empresa, aumentando los ritmos de producción y las jornadas laborales. Sin embargo estas maniobras no pudieron anular la paralización aunque si la atenuaron.

Una de las dificultades de la negociación fue la de no mantener el petitorio inicial hasta el final flexibilizándolo unilateralmente dándole a la empresa  la posibilidad ,y con la contratación de un abogado externo , de bloquear con mentiras y maniobras los requerimientos de la directiva. También aquí se podría haber contado  con una comisión negociadora más amplia de delegados de asamblea que, acompañando a la directiva en la mesa, pudieran de conjunto transmitir a la empresa la firmeza de las bases y el respaldo hacia sus dirigentes.

También fue importante el hecho de que los trabajadores que resolvieron sobre la continuidad o no del conflicto eran los que verdaderamente lo estaban sosteniendo día a día, bajo el frio y la lluvia. Contrario a quienes querían darle un mayor papel mediante asambleas virtuales a los trabajadores que estaban en la casa esperando recibir los beneficios. Lo que sería una apuesta por la “masividad” y no por la paralización efectiva.

La difusión del conflicto en las calles y las estaciones de metro, así como en las redes sociales, fueron acciones importantes. Sin embargo, estaban destinadas a movilizar “la opinión pública” general. Dichos esfuerzos pudieran haberse concentrado en las puertas de las plantas y concentraciones obreras.

La lucha recibió una amplia solidaridad y en particular de otros sindicatos tanto del rubro como de otros sectores, y también llegaron a dar su apoyo varios sindicatos del parque industrial. Esto fue fundamental para mantener la moral de lucha y dar impulso al fondo de huelga. Para que esto pudiera mantenerse en el tiempo era necesario organizarlo. El nerviosismo burgués se dejó ver en la administración del Parque Industrial enviaba correos a las empresas del sector indicando que no debían prestarles apoyo (como darles pallet para hacer fuego). Lo que da claridad sobre la potencialidad de que la clase trabajadora comenzara a contagiarse y empaparse del conflicto.

Para poder continuar con la huelga era necesario poder contar con el apoyo de otros sindicatos y comenzar a realizar acciones de boicot a la sucursal que estaba trabajando. Al mismo tiempo el fortalecimiento del fondo de huelga era fundamental, para que ninguna huelga se abandone por la la angustia que genera no llegar a fin de mes.

El resultado general deja un sabor amargo, en el que no lograron sustancialmente todos los puntos del petitorio, pero por otra parte deja una gran experiencia de lucha y de organización que habrá que capitalizar.

Será fundamental mantener la organización sólida pensando las medidas de acción ante cada intento de represalia de la empresa, entendiendo que no sólo se lucha en el periodo de negociación legal, diseñada por lo demás para mantener el poder burgués y maniatar a la clase obrera, como quedó demostrado en las fiscalizaciones realizadas por la inspección del trabajo favoreciendo el reemplazo de los huelguistas por la empresa. En el mismo sentido conciliador se dirigieron las propuestas de los dirigentes de la CUT que se acercaron a la huelga, tratando de llevar la lucha a la presión y la súplica a la dirección del trabajo para que el Estado burgués oficie como mediador, es decir, como juez y parte.

Será un paso importante organizar a los trabajadores, en particular a los del área de logística de Enea, para estar mejor preparados y bregar por un contrato colectivo único, enfrentando las maniobras capitalistas.

Los trabajadores de Cosmoplas pueden jugar un rol en las luchas que se den en el sector para fortalecerlas con la experiencia y las lecciones de su lucha.

Los trabajadores del Sindicato Cosmoplas llevan más de 20 días en huelga. La patronal se ha mostrado intransigente ante el petitorio de los trabajadores. Se niega a entregar beneficios básicos así como quiere imponer un contrato colectivo de 3 años, otorgar un bono de término miserable y se niega a pagar los días caídos.

Esta lucha ha contado con la solidaridad de varios sindicatos, trabajadores y otras organizaciones políticas y sociales.

La huelga ha logrado paralizar las actividades de la empresa tanto en Santiago como en la sede de Puerto Mont. Esto ha sido fundamental para golpear a la patronal. También las patronales del parque industrial se encuentran inquietas ante la actividad de lucha desplegada por los huelguistas. Pese a las pérdidas, la gerencia apuesta al desgaste de la lucha por ello es vital más que nunca fortalecerla.

Se vuelve fundamental organizar la solidaridad obrera que se ha manifestado hasta ahora.

Para esto un paso importante en la lucha puede ser la convocatoria a un encuentro de trabajadores y organizaciones sindicales del Parque Industrial Enea, y de otros lugares de trabajo como los trabajadores y sindicatos ligados a los negocios de esta patronal, como los trabajadores de Easy, Sodimac, Construmarc, Lider, etc. En dicho encuentro se puede discutir fortalecer el fondo de huelga, y votar un plan de lucha conjunto para doblarle la mano a la patronal.

Se puede comenzar convocando a los trabajadores en la puerta de las empresas del parque industrial, difundiendo la lucha, impulsando el fondo de huelga y sumando convocatorias a un encuentro obrero.

Redoblemos nuestros esfuerzos por el triunfo de los trabajadores de COSMOPLAS

El debilitado gobierno de Piñera en su calidad de comité administrativo de los negocios de los capitalistas, trata de llevar esta tarea fundamental sobre la base de una aguda crisis social y política.

Y es así que una y otra vez se desviven por intentar festinar una pandemia superada por el avance del plan de vacunación, pretendiendo acelerar la reincorporación de mano de obra barata a las actividades productivas para satisfacer la sed de ganancias sinfín de la clase dominante parasitaria.

 

El Colmed de la mesocracia

El regreso de las cuarentenas generales ha sido dictado más que por la voluntad del gobierno por la situación de colapso en la cual se encuentra todo el sistema sanitario. Un colapso cuidadosamente oculto en los números presentados a diario por el gobierno pero difícilmente eludibles por la población en general y por los trabajadores de la salud en particular qué ven que un puñado de camas disponibles significa decidir a diario quién vive y quién muere entre la población trabajadora y empobrecida. Ni hablar del agotamiento físico y mental de los trabajadores de la salud sobrexigidos por la falta de personal y de las condiciones mínimas sanitarias del sistema de salud en decadencia.

Desde el colegio médico, luego de que quedara en evidencia que el fantoche del comité de expertos no era más que una reunión de Piñera y sus ministros, presentaron un nuevo plan llamando a una "nueva gobernanza", cuya base es la de provocar un "cortocircuito" (suspensión de todas las actividades no esenciales por 3 semanas), y a partir de allí volver al mismo plan del gobierno con algunas modificaciones, burbujas territoriales, cuarentenas regionales, mayor apertura de algunas actividades, etc. La orientación de este plan al igual que la del gobierno pretende que con medidas de aislamiento y represión estatal, vaya orientado a salvaguardar la actividad de la economía capitalista, pretendiendo que de esta forma se descomprima la situación hospitalaria, que se haya con niveles permanentes por encima del 95% de ocupación. Esta es la tecnocracia del ColMed qué, solicitando ser integrados de forma efectiva a las decisiones de gobierno (gobernanza), se enfoca no en la superación de la miserabilidad del sistema sanitario, sino en la noción pequeñoburguesa de que en el capitalismo se puede conseguir un sano equilibrio entre salud y economía (una insalvable contradicción de la reproducción de un sistema anárquico y en putrefacción). Así lo manifiesta entre otras cosas el que su plan se afirma en qué inmediatamente luego de este "cortocircuito" debieran retomarse las actividades presenciales en la educación básica y preescolar. Una forma de reafirmar, lavándose la cara, el apoyo activo a la frustrada vuelta presencial a los colegios, apoyo en el que quedó entrampada la burocracia sindical del colegio de profesores.

 

Una carrera presidencial distorsionada

Los resultados de la segunda vuelta a gobernadores, en particular la disputa en la región metropolitana, evidenciaron (al margen de la gravitación de los sectores acomodados en las mismas) que las expresiones políticas superestructurales pueden reflejar movimientos políticos de distintos sectores y estratos sociales, en particular de la pequeñoburguesía, pero de forma distorsionada. De esta forma el acto pasivo de expresión mediante el voto en las elecciones burguesas se manifiesta, al menos coyunturalmente, de forma más conservadora en cuánto a las labores ejecutivas que en sus expresiones parlamentarias, cómo fue en la constituyente. Perder de vista este carácter distorsionado y darle un valor absoluto a las tendencias que se manifiestan en la superestructura política no permite ver el movimiento real, material, de las distintas fuerzas sociales qué expresan de una u otra forma el laberíntico desarrollo de la lucha de clases.

Sobre esta base se desarrolla el debate programático presidencial, de cara a las primarias, donde despunta como eje de discusión el avance de la candidatura de Jadue (del PC), con un programa aggiornado y edulcorado por los viejos personajes díscolos de la concerta, cuyo eje es el intervencionismo estatal.

La mayor presencia del Estado vía una futura candidatura presidencial, o por medio de cambios constitucionales, pone en alerta a la burguesía rentística parasitaria, esa sub-burguesía que parasita tanto al capital imperialista como al aparato de Estado allí donde puede, bregando por mantener sus regalías en todos los órdenes de la vida pública, salud, educación, aguas, concesiones, subcontratación, etc, etc.

Esta demonización el avance de la propiedad estatal en algunas actividades, tiene como contrapartida los sectores de una pequeña burguesía en crisis, que intenta desarrollarse ora por medio de afianzarse en cargos y puestos estatales cómo en actividades productivas diversas para desde allí disputar un regateo a la explotación imperialista mediante mayores impuestos y la conquista de nuevos nichos de negocios. "Sean cuales sean los programas de los gobiernos, el estatismo consiste inevitablemente en hacer pesar sobre los más débiles las cargas del sistema podrido" [La revolución traicionada, León Trotsky]. Bien lo saben los capitalistas los que ante cada aumento impositivo o de salarios, bregarán por retornarse su alícuota de la explotación ora por aumentos de la desocupación, ora por aumentos inflacionarios. El triste papel en esta comedia lo jugarán aquellos sectores que desde la izquierda revolucionaria se disponen hacer seguidismo al apoyar estos proyectos estatistas burgueses.

 

Parlamentando

Como telón de fondo tenemos a la convención constitucional, que se desarrollará como una telenovela de la democracia pequeñoburguesa semicolonial, donde se expondrán los dramas sociales, sin que la evolución de sus caracteres pueda darle una solución estructural.

El ala radical de la convención nucleada en la llamada "vocería de los pueblos" ha levantado una serie de puntos como condición para el inicio de las sesiones. Entre los más importantes expresan la libertad de los presos políticos, fin a la impunidad de los crímenes de la dictadura, la desmilitarización de la Araucanía, el cuestionamiento al régimen de dos tercios o la limitación a no tocar los tratados internacionales. De esta forma convocan, con la fuerza de sus "asambleas virtuales", a la movilización para presionar a la convención a que tome el papel del "soberano" pretendiendo transformar la convención constitucional en una asamblea constituyente.

Para la constituyente María Rivera (MIT-LITCI) –integrante de la vocería- el llamado a luchar por la soberanía de la convención, se trata de que tome el poder efectivo, nacionalizando recursos, destituyendo al congreso y al presidente, expropiando a las 10 familias más ricas, etc. El MIT se deshace en argumentaciones jurídicas para explicar el rol de la constituyente para elaborar una “Ley Suprema” que no puede estar sujeta a ninguna otra ley o institución, para lo cual se le exige que asuma el poder. De esta forma al no ver que “la ley” no es el reflejo de una pretendida voluntad general, sino la cristalización de las relaciones materiales de producción, que en el capitalismo no se expresan de otra forma que en la dominación de clases sostenida por el aparato burocrático-militar estatal, reproducen la ilusión del poder burgués al embellecer la cobertura democrática de la dictadura del capital. Por otro lado, si de lo que se trata, es de querer cambiar el carácter de clase a un organismo transitorio de la democracia burguesa semicolonial, como la convención, en una pretendida disputa de poder (¿o doble poder?), sus esfuerzos no estarán dirigidos a fortalecer la organización y la conciencia de la clase obrera para su intervención independiente y revolucionaria, sino a intentar llevarla a la rastra de las disputas o contubernios superestructurales para una reforma al Estado…burgués. De este modo se presenta en general el centrismo con fórmulas de corte estatistas: expropiar a la burguesía, no para liberar a las fuerzas productivas del parasitismo de la propiedad privada capitalista y el corset del Estado, sino para redistribuir la renta nacional; o “controlar”(!) a las FFAA y carabineros por “organizaciones populares” y no luchar por su disolución preparando la insurrección consciente, etc.

 

Luchemos por una salida obrera a la crisis

La clase trabajadora viene dando importantes luchas como los trabajadores de los hospitales y los centros de salud ante el colapso de los sistemas sanitarios. También se suceden las negociaciones colectivas en la minería que ha llevado a distintas acciones, de huelga o medidas de presión, ante la intransigencia de las multimillonarias patronales estatales (Codelco) o imperialistas (BHP). También luchas como la huelga del sindicato Cosmoplas, pueden utilizar la solidaridad manifestada por trabajadores y organizaciones sindicales para ser puntos referencia para la organización obrera tomando acciones conjuntas para su triunfo.

Es vital que los trabajadores y la juventud desplieguen las energías necesarias para fortalecer y unificar a la clase obrera impulsando la lucha por levantar un Congreso de delegados de base que discuta un programa de salida a la crisis. Es prioritario pelear por imponer el control obrero sobre ramas productivas ya que los trabajadores deben controlarlo todo. Parte de esta lucha se inscribe la necesidad de arrancar a los presos políticos de las cárceles y hacer justicia por los asesinatos, mutilaciones, torturas y todo tipo de vejaciones cometidas por el Estado y sus agentes, ayer y hoy. Enfrentar la trampa constituyente y sus ilusiones pequeñoburguesas de reformas liberales son parte de este desafío de luchar por la independencia política efectiva de nuestra clase en el camino de la conquista de un gobierno obrero.

Aproximamo-nos dos 500 mil mortos pela covid-19 no Brasil, número alavancado neste ano pela disseminação das novas cepas do vírus, pelo colapso dos sistemas de saúde e pelo aprofundamento da crise econômica aliados às políticas catastróficas de controle sanitário dos governos federal, estaduais e municipais. Diante da previsão de especialistas da chegada de uma terceira onda da pandemia, a vacinação segue a passos lentos com pausas por falta de estoque, e a sensação para os trabalhadores é a de que o Brasil nunca saiu da primeira onda. Até o final de abril, o Brasil concentrava 12,6% das mortes por covid-19 e 9,7% dos infectados no mundo, tendo apenas 2,7% da população mundial. 

O desemprego atinge 14 milhões de trabalhadores, além de 6 milhões de desalentados e 7 milhões de subocupados, somando 27 milhões de pessoas sem renda ou com renda parcial. O CadÚnico, cadastro do governo para acesso a algum tipo de auxílio, registra 14,5 milhões de famílias vivendo em extrema pobreza, isto é, famílias cuja renda per capita é inferior a R$89 mensais (menos do que o valor de um botijão de gás). Esse número, com certeza, é bem maior pois não considera os que estão à margem do sistema CadÚnico. Segundo o Dieese, entre o primeiro trimestre de 2020 e o de 2021, os desligamentos por mortes entre trabalhadores CLT cresceram 71,6% ultrapassando 20 mil mortes só em 2021. 

Como já denunciamos desde o início da pandemia, a intervenção do estado burguês na produção e circulação de mercadorias sob a política do isolamento social e, ainda mais na sua versão semicolonial, não serviu para salvar a vida dos trabalhadores, mas foi aplicada para salvar o capital diante da possibilidade de um grande colapso social e econômico. Entre a incapacidade de intervenção do estado semicolonial brasileiro na economia e a política negacionista do governo Bolsonaro, o Brasil obteve um dos piores desempenhos mundiais de resposta à pandemia, não sendo capaz de evitar nem o aumento massivo de contaminação e mortes e nem o aprofundamento da crise econômica. Mundialmente, o Brasil tem o maior número de mortes proporcionais do que 89,3% dos países analisados pela OMS e a maior queda no “nível de ocupação” (empregos) do que 84,1% dos países analisados pela OIT. O Brasil é o exemplo de que no capitalismo - ainda mais semicolonial - a dicotomia "economia x vidas” propagada pelos estados em resposta à pandemia é falsa. Nossas vidas continuam a ser consumidas, seja pelo vírus ou pela fome, para que a burguesia mantenha seus lucros.

O desenvolvimento da pandemia e o aprofundamento das crises econômica e social também intensificam a crise política. O acirramento das disputas entre as frações da burguesia se expressa na condução da pandemia e disponibilização de insumos e vacinas entre governadores dos estados e o governo federal, nas intervenções do STF nas ações do governo e mais recentemente, na CPI sobre a pandemia conduzida pelo Senado para apurar a responsabilidade do governo federal na catástrofe sanitária vivida no país.  A CPI tem conseguido desgastar o governo Bolsonaro expondo as omissões e atuações negligentes em relação à condução da pandemia e à aquisição de vacinas, fortalecendo a tese de que o governo é responsável direto pela morte de quase meio milhão de pessoas. Contudo, o que se encena ali está longe de mudar a situação dos trabalhadores e população pobre do país. É uma medida da correlação de forças entre os representantes da burguesia para o cenário eleitoral do próximo ano.

Fica cada vez mais claro que a mudança na orientação do imperialismo com a posse de Biden debilitou o governo Bolsonaro, que tinha em Trump um alinhamento político. Mas, o imperialismo “não luta por princípios políticos, mas por mercados, colônias, matérias-primas, pela hegemonia sobre o mundo e sobre suas riquezas”. Dessa forma, o desgaste de Bolsonaro só aumenta. O ministro do meio ambiente, Ricardo Salles, um dos principais alicerces do governo pela sua influência no agronegócio, foi alvo de uma operação de busca e apreensão da Polícia Federal que investiga o tráfico ilegal de madeira para os EUA. A investigação foi iniciada pelo Sistema de Pesca e Vida Selvagem (FWS) no estado norte americano da Geórgia e informado à Polícia Federal pela Embaixada estadunidense.

As Forças Armadas, outro pilar do governo Bolsonaro, também demonstram um certo desgaste nessa relação com o governo, que por sua vez, aprofunda sua crise interna. Além de Bolsonaro, em suas declarações públicas, continuar utilizando as Forças Armadas como defensora de seus interesses políticos, o aprofundamento da crise pandêmica colocou em xeque a administração do Ministério da Saúde, nas mãos do general Eduardo Pazuello entre maio de 2020 até março de 2021, período que abarcou o colapso do sistema de saúde em Manaus, a recusa do governo em comprar vacinas e a política do “tratamento precoce”, todos investigados pela CPI. Pazuello, um dia após depor na CPI, participou de um ato no Rio de Janeiro ao lado de Bolsonaro, ambos sem máscaras e promovendo aglomeração. Sendo um militar da ativa, Pazuello foi notificado sobre a abertura de um procedimento disciplinar pelo comandante do Exército, que analisa a possibilidade de passá-lo à reserva. 

Esse desgaste do governo Bolsonaro também aumenta a pressão por parte da burguesia na concretização da “agenda positiva” do governo, ou seja, de reformas que ampliem a credibilidade do governo, principalmente da agenda econômica de Guedes, no mercado. Enquanto o Senado se ocupa da CPI, a Câmara Federal se ocupa da aprovação da Reforma Administrativa, já aprovada essa semana na Comissão de Constituição e Justiça. A reforma é um brutal ataque aos serviços e servidores públicos, deixando de fora juízes, parlamentares, militares e servidores do Ministério Público, e prevê, dentre outras coisas, o fim da estabilidade para os novos servidores e extinção das promoções e benefícios, ou seja, da própria carreira. Outra reforma que está sendo discutida é a reforma tributária, que visa “modernizar” o sistema tributário, ou seja, aumentar a carga tributária para os trabalhadores via consumo e aliviar a mesma carga para os empresários. Para a sua aprovação, Guedes e os presidentes da Câmara e do Senado, Lira e Pacheco, decidiram por “fatiar” a reforma, dividindo a tarefa entre as duas casas, pois já aprenderam que uma reforma tributária é capaz de incendiar um país, mesmo em plena pandemia.

As direções políticas e sindicais, há mais de um ano em “lockdown”, enquanto a classe operária está sofrendo os efeitos das crises sanitária e econômica, vislumbra na atual conjuntura a possibilidade de superar o governo Bolsonaro com uma grande política de conciliação encabeçada pela candidatura de Lula para presidente em 2022. Assim, o “Fora Bolsonaro” que durante todo o ano passado foi uma “hashtag”, agora passa a ser a mola propulsora da campanha de Lula. Para essas direções, em sua maioria composta pelo PT, o impeachment já não é uma boa estratégia, pois a catástrofe do governo Bolsonaro só aumenta as intenções de voto em Lula nas pesquisas. Assim, após mais de um ano, tomar as ruas passa a ser uma ação defendida, apesar da pandemia. O presidente do PSOL, Juliano Medeiros e Guilherme Boulos, candidato à prefeitura de SP em 2020, saem à mídia para dizer que “é hora de ir pra rua”, deixando confusos seus militantes que até ontem chamavam de “negacionistas” as organizações, como a nossa, que defendem desde o início da pandemia, a necessidade da luta nas ruas, a abertura dos sindicatos e a realização de assembleias presenciais. 

O dia 29 de maio, chamado como um dia de mobilizações e luta contra o governo Bolsonaro, se dá nesse contexto. Sem paralisação dos postos de trabalho e nem assembleias de base, a intenção é pressionar por uma saída eleitoral, com Lula como candidato de frente ampla contra Bolsonaro. Tão ampla que cabe, inclusive, setores da burguesia, os quais Lula serviu muito bem por muitos anos. Não podemos permitir que os nossos mortos, nossos desempregados, nossos famintos sejam utilizados de palanque eleitoral para 2022. 

A superação da crise econômica, do desemprego e da crise sanitária que assola o país não virá pelo estado burguês, nem agora, nem em 2022, seja qual for o governo de plantão, pois o Estado é o instrumento de dominação da burguesia sobre os trabalhadores. Às políticas estatais de controle da pandemia, de reformas que ampliam os ataques aos trabalhadores, de repressão à juventude negra e periférica, devemos contrapor a nossa resistência de classe. É urgente que retomemos a unidade de luta nas ruas, impondo com os nossos métodos, a defesa das nossas vidas. 

Precisamos construir em cada sindicato, através de assembleias de base, a resistência ao genocídio em curso e impulsionar as centrais para a convocação de uma greve geral, nos organizando para a construção um plano de lutas independente que responda ao desemprego massivo e à crise sanitária. Devemos impor a escala móvel de horas e salários, o controle operário da produção dos setores essenciais, especialmente das vacinas, bem como a sua distribuição. É necessário impor uma saída operária à crise, desenvolvendo as tarefas transitórias de um programa revolucionário. Saída que não se limita às fronteiras nacionais, mas que exige unidade e fortalecimento dos processos de luta em curso na América Latina.