Plebiscito Constitucional

Terça, 12 Dezembro 2023 23:26

Votar blanco, anular o no votar

 

Este 17 de diciembre estamos convocados a revalidar una nueva farsa de la democracia para ricos.

Todos los partidos y personeros del régimen burgués, y su maquinaria electoral y publicitaria, se encuentran empeñados en que los trabajadores y el pueblo decidan por la opción “a favor” o “en contra” curiosamente esgrimiendo los mismos argumentos por los que optar por una u otra opción.

Sanamente el actual proceso no despierta ninguna expectativa en amplios sectores obreros y populares expresando una profunda indiferencia en relación al resultado.

Lamentablemente hay también grupos de la izquierda revolucionaria que se desviven por impulsar la opción “en contra” como los verdaderos adalides de la lucha “contra la derecha”. Esto no es otra cosa que la expresión de su adaptación al régimen político convirtiéndose en furgón de cola de las coaliciones burguesas o pequeñoburguesas.

El actual proceso constituyente pretende ser la coronación de una larga lista de elecciones (plebiscito, municipales, constituyentes, primarias, presidenciales, constituyentes de nuevo, etc.) con las que los empresarios y el gobierno de turno intentaron liquidar la semiinsurrección de octubre el 19.

Desde aquel estallido, se han sucedido una batería de ataques -pandemia mediante- contra la clase trabajadora y el pueblo en su conjunto, descargando los efectos de la crisis de la descomposición capitalista sobre las espaldas de las familias obreras.

También, el gobierno bonapartista del “mal menor” de Boric, viene a consagrarse como el gobierno que más leyes represivas ha sacado, para liquidar todo vestigio de lucha y organización (con represión y presos políticos además) y preparar el aparato represivo del estado para nuevas embestidas contra las masas (ley “gatillo fácil” Naím-Retamal, ley de infraestructura crítica, ley antitomas, etc.). Sumemos la naturalización de la militarización de distintas zonas del país, la persecución, encarcelamiento y condenas ejemplares contra luchadores populares (con el accionar del aparato judicial del estado), y la situación general que hoy los tiene discutiendo declarar el estado de excepción (u “otras formas” según el gobierno del FA-PC) comuna por comuna; mientras la desocupación, la carestía de la vida agrava las condiciones sociales de nuestra clase y le niega cualquier perspectiva de futuro a la juventud, futuro negado de antemano dentro del sistema capitalista.

Mención aparte merecen la gran mayoría de organizaciones “populares” que se alinearon con el apoyo al gobierno de Boric como una salida al “fascista” Kast, política que continuaron con el apoyo a la farsa constituyente anterior,  y que al día de hoy, viendo defraudadas todas sus expectativas de un “gobierno de transformaciones”, no han sacado balance de sus posiciones y perspectivas. Con ello se alejaron aún más de la necesidad de luchar por superar la falta de conciencia y organización con la que nos encontró a la clase trabajadora el levantamiento de hace 4 años.

Pese a toda esta política reaccionaria, que busca enterrar cualquier perspectiva de lucha o mínima resistencia de parte de los trabajadores, las masas no han recibido una derrota categórica. Los profundos problemas que fueron planteados aún siguen vigentes y se intensifican junto a los procesos mundiales de mayor presión y políticas guerrerista del imperialismo, guerra en Ucrania, masacre genocida sobre la población Palestina, un ataque feroz a la población en distintos países como el que prepara el gobierno de Milei contra los clase obrera argentina, etc.

Es en esta ofensiva despiadada del capital financiero que tenemos que preparar nuestras fuerzas para enfrentar los ataque y preparar nuestras luchas desde la producción. Es prioritario volcar nuestros esfuerzos para organizar a la clase trabajadora que forme sindicatos, que los recupere de manos de dirigentes amarillos o burocráticos, que impulse la democracia obrera y tense los músculos de nuestra clase. Impulsar un Congreso de delegados de base de toda la clase trabajadora, que discuta un programa de salida a la crisis, será una gran herramienta.

Sólo la perspectiva permanente de lucha por la independencia política de nuestra clase evitará que caigamos una y otra vez en las trampas que imponen nuestros enemigos de clase.

Para ello es de vital importancia construir un Partido Revolucionario, que agrupe a lo mejor de la vanguardia obrera y juvenil, para forjar la dirección que necesitamos, una dirección internacional revolucionaria en lucha por la revolución socialista.

Llamamos a impugnar el proceso mediante el voto blanco, nulo o no ir a votar, sabiendo que gane el “a favor” o gane el “en contra", las tareas de lucha contra la explotación capitalista y la dominación del imperialismo será lo fundamental en cualquier escenario.

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